A la hora de decidir entre adoptar un perro o un gato, son muchos los factores que se valoran para tomar la decisión. El primero qué animal es el que más te gusta, ya que hay personas que no necesitan pensar en más factores porque tienen muy claro que les gustan los perros y no los gatos, o, al contrario. Pero si eres de los que no tiene preferencias, tendrás que valorar muchos otros factores hasta llegar a la conclusión de cuál será tu próximo compañero de viaje.
Existe otro caso, que es más habitual de lo que parece, de personas que empiezan teniendo un gato para más adelante adoptar también a un perrito. La razón es probarse a uno mismo que eres capaz de cuidar a un animal que, aunque no requiera tanta atención ni cuidados que un perro, si es muestra clara de poder hacerlo. Y cuando se dice que no se requiere tanta atención no se habla en términos de alimentación o tiempo, sino en sacarlos a la calle varias veces al día para que hagan sus necesidades, vacunarles periódicamente y llevarles a revisiones más constantemente. En el caso de tener gatos, no hay que sacarlos a la calle, aunque hay gente que lo hace, y no requieren de tantas vacunas periódicas ni revisiones porque están en el entorno del hogar y no tienen contacto con el mundo exterior ni sus bichitos.
La independencia de los gatos, ¿mito o realidad? Compruébalo aquí Clic para tuitearGracias o por culpa – según quién lo piense – de que el gato requiera de “menos cuidados” que el perro, apareció el falso mito de la independencia de los gatos. Es cierto que los felinos de por sí son más suyos que los canes, pero eso no quiere decir que sean animales independientes. Si los perros se criaran en libertad sabrían cuidar de ellos mismos al igual que hacen los millones de gatos callejeros que podemos encontrar por las las calles de cualquier ciudad. Pero cuando un animal se cría con el hombre, sea cual sea el animal, se hace dependiente de esa persona, de sus cuidados, de sus cariños y de su compañía. Da igual que no necesite que le saques tres veces al día o que le cambies el agua cada 3 horas, o le rellenes la comida una vez al día porque él mismo se administre lo que le echas. Tanto el perro, como el gato, como hasta un reptil o un pajarito, son dependientes de ti. Se han adaptado a tus cuidados, a tus horarios y a tu vida y si eso se lo quitan de repente, él animal se dará cuenta y sufrirá por ello.
Por lo tanto, el factor del falso mito de la independencia de los gatos, no debería considerarse a la hora de decidir si adoptar un perro o un gato, ya que ambos animales son dependientes por igual a los cuidados y cariño de su amo. Y aunque los perros parezca que son más dependientes que los gatos por su constante necesidad de estar al lado del que les adoptó, es sólo eso, apariencia, ya que los gatos también lo demuestran, pero de una manera más discreta. Ambos, gatos y perros, son igual de dependientes y necesitan el mismo cariño que sus amos, pero lo reclaman de distinta manera ya que sus personalidades y caracteres son diferentes.