Muchos animales, sobre todo los perros, sienten un miedo irracional ante determinados estímulos auditivos fuertes.
Truenos, los petardos, el alboroto dentro y fuera de casa, la caída de un objeto pesado… En los animales domésticos, y en la naturaleza en general, el miedo es un mecanismo de defensa, les pone en alerta para iniciar la huida ante el peligro. Si a ello le sumamos la hipersensibilidad de los oídos de nuestros amigos de cuatro patas, estos ruidos desconocidos son asociados con a un peligro inmediato. Es comprensible. Nosotros mismos nos hemos asustado más de una vez con un estruendo fuerte o con un petardo inesperado. ¿Cómo no lo van a hacer nuestras mascotas que no entienden lo que está pasando?
El problema aparece cuando el miedo natural se convierte en una fobia incontrolable que les provoca estrés, pánico y desórdenes fisiológicos importantes. Esto es más común en razas tímidas y en animales con una socialización temprana deficiente, aunque se puede desarrollar en cualquier especie sin importar el momento. La buena noticia es que no es irreparable, sino que hay una serie de medidas que se pueden tomar para normalizar los estrépitos y que los animales no sufran con ellos.
Si a pesar de estas recomendaciones, tu perro sigue teniendo miedo a los petardos, también puedes acudir a un experto en conductas caninas para que, a través de sus técnicas, consiga asociar los estruendos con alguna situación gratificante.
VÍDEO: Consejos de Royal Canin para lidiar con el miedo a los petardos