¿Cómo los gatos se han convertido en las mascotas? Conoce la trayectoria de los gatos como mascotas desde el Antiguo Egipto hasta la actualidad.
En el mundo hay dos tipos de personas: las que adoran a los gatos y las que los odian. Sin paños calientes y sin término medio. Su elegancia, su fuerte personalidad, su peculiar manera de marcar territorio y demostrar cariño son aspectos definitorios que no todo el mundo entiende ni acepta para una mascota. De hecho, existen incluso lugares peculiares como la isla de los gatos – Aoshima (en Japón) – que tiene una población con más felinos que personas por metro cuadrado.
Pero esto no es una novedad. La buena y mala estima hacia los gatos han ido alternándose a lo largo de la historia, desde una posición de deidad en el Antiguo Egipto hasta la tolerancia de hoy en día, pasando por la animadversión extrema durante la Edad Media. En este largo recorrido histórico, ¿cuándo aparece el primer gato doméstico? Siéntete como un faraón y conoce más sobre el nacimiento del gato como mascota.
La pasión de los egipcios por los gatos es sobradamente conocida. Les idolatraban hasta tal punto de convertirlos en casi dioses.
¿Sabías que se depilaban las cejas en señal de luto cuando uno de sus mascotas fallecía?
Pero antes de analizar este tipo de curiosidades sobre los gatos, empecemos por el principio. Es decir, ¿cómo los convirtieron en sus animales de compañía? Antes de entrar en las casas, estos animales fueron la pieza fundamental para el cuidado de los campos y cosechas del Bajo Nilo. Su instinto depredador permitió mantener libre de ratas y ratones todo el territorio y, poco a poco, comenzaron a hacerse imprescindibles en la vida de todos los egipcios, sin importar su nivel social. Desde campesinos hasta faraones, todos los ciudadanos les rendían respeto, llegando a formar parte indispensable de la unidad familiar, sobre todo en las de los reyes y los nobles, como protectores del hogar.
Llegados a este punto, los gatos se convirtieron en sagrados. Como otros muchos mitos, pasaron a formar parte de la cultura religiosa de los faraones, llegando incluso a participar del proceso de la momificación, un privilegio solo a la altura de los hombres. Quién molestaba o hacía daño a un gato era castigado por ley. Los egipcios atribuían a estos animales cualidades divinas, hasta el punto de considerar que en su interior anidaba el alma de Bastet, la diosa gata o mujer con cabeza de gata, protectora de la humanidad, el amor y la ternura.El rastro más claro de esta curiosa historia de los gatos la encontramos en un gran número de pinturas, joyas, estatuas, y demás vestigios que, a lo largo del último siglo, se han ido encontrando en el territorio. Más concretamente, la antigua Bubastis es considerada como “La ciudad de los gatos”, una extensión de terreno en la parte oriental del Delta del Nilo, que rendía homenaje a la diosa Bastet y donde todas las construcciones giraban en torno a la figura de estos animales de compañía.
Aunque no recuperaron su status divino, después de su mala racha en la Edad Media (con acusaciones de brujería e implicaciones diabólicas), ya en la Edad Moderna volvieron a ocupar un lugar importante en los hogares y los corazones de los europeos. Hasta hoy, que no les hemos convertido en dioses, pero sí en protagonistas de millones de perfiles en redes sociales como Youtube eInstagram.
La historia de los #gatos como mascotas, antes de convertirse en dioses de las redes sociales. #catslover Clic para tuitear¿Y tú de quién eres: de los faraones o de los hombres del medievo?